ROSITA
- La corona de rosas.
- Había una vez una niña que tenía la misma edad que ustedes, se llamaba Rosita. A ella le encantaba cultivar rosas en su jardín.
- Rosita era una niña muy bondadosa y alegre. Con las flores de su jardín, hacía coronas para las personas que más amaba, para la Santísima Virgen María y para su Hijo Jesús.
- Un día mientras regaba su jardín de rosas, la sorprendió el sonido de una campana.
- Rosita se fue a su casa a guardar la regadera y las herramientas del jardín y salió a caminar en dirección del sonido.
- Se preguntó entonces: ¿De dónde vendría ese sonido tan hermoso?
- Caminó unas dos cuadras y llegó un lugar muy, muy lindo, y paró... había una casita...
- Levantó su cabecita y vió que tenía una cruz en la punta del techo y una campana. ¡Qué sorpresa! El ruido que ella escuchaba mientras regaba las flores de su jardín, era la campana de esta capillita.
- Rosita se puso muy contenta y se preguntó: ¿Quién vivirá aquí?
- ¡Abrió la puerta y entró! Su cara se llenó de alegría al descubrir que en esta capillita vivían la Virgen María y el Niñito Jesús...
- A partir de ese momento, Rosita todos los días visitó a su Rey y a su Reina. Además les llevaba de regalo una corona de Rosas de su jardín. La Virgen María y el niñito Jesús estaban muy felices.
- Un día Rosita tuvo que hacer muchas otras cosas: pintar dibujitos, estudiar, ayudar a su mamá con las cosas de la casa, y acompañarla al supermercado. Rosita se sintía muy feliz con todo lo que había hecho durante el día. Ese mismo día, Rosita fué muy feliz a la capillita a visitar a su Rey y a su Reina.
- Pero justo cuando entró, se da cuenta que no había podido preparar la corona de rosas y se pone muy triste por haber ido con las manos vacías. María y Jesús, le dijeron a Rosita que en su corazón había un jardín lleno de rosas. Cada una de esas flores era una de las cosas buenas que Rosita había hecho durante el día, con mucho amor y dedicación.
- Rosita se sintió muy feliz de ver que en su corazón llevaba una corona de amor, llena de flores. María también le enseñó a rezar el Santo Rosario, para que Rosita descubriera la corona de amor, que es aprender a rezar y vivir como lo hizo Jesús.
- Desde entonces Rosita se dedicó a cultivar un jardín en su corazón, lo llenó de ROSAS DE AMOR haciendo las cosas buenas y rezando para agradecer y pedir ayuda a su Rey y a su Reina.
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